lunes, 12 de noviembre de 2012

Mi primer desembarco y el último de Carlos V (segunda parte)

   Después me dejé llevar por la noche y las calles de la villa, llenas de vecinos y foráneos.  Olor a comida y hora de cenar.  Más tarde le echo un vistazo al desfile en honor al rey camino de su Yuste final. Ahora junto al antiguo ayuntamiento donde se erige un busto al monarca de la dinastía de los Austrias, custodiado por sendos caballeros a lomo de sus cabalgaduras. Continuo por la avenida que  lleva al túnel y al mar, repleta a ambos lados de tenderetes, mercado medieval lo llaman; al fondo del camino un cetrero y su rapaz nocturna  parecen esperar el momento de ser inmortalizados. Al final durante el regreso y subiendo por la cuesta del infierno camino de las rúas de la puebla vieja los niños juegan a espadachines.